En la Edad Media era conocida como Puebla de
Aguilar.
En 1206 el rey Alfonso IX le concede la Carta Puebla, como un modo de potenciar
las defensas de estas tierras, librándoles de cualquier vasallaje.
En el S.XIV el rey Enrique II lo pasó a su hijo bastardo Don Alfonso, Conde de
Noreña, que después de varias disputas entre el conde y la corona, tras la
derrota del conde, recupera la condición de concejo de realengo.
En el S.XV el rey Juan II lo donó a D. Diego Fernández de Quiñónez, en
compensación por la confiscación de otras villas suyas.
En 1490 los Reyes Católicos la incorporan de nuevo al realengo, y rescinden el
privilegio de hacer dos ferias anuales.
En 1809 las tropas francesas quemaros su archivo y el palacio de los Duques de
Estrada, durante la Guerra de la Independencia.
En 1995 se le concedió la distinción de Excelencia Turística.